La Falsa-Puerta - disolución y devenir en la pintura mural romana es una investigación en curso cuyo objeto son las pinturas situadas en un entorno doméstico y producidas en el contexto de la cultura italo-romana desde aproximadamente el siglo I a.C. hasta el II d.C. Los diferentes ejes contenidos en esta investigación serán evocados en la introducción y tratados a continuación con más detalle.

Al principio de esta investigación, la Falsa-Puerta representaba una referencia factual a los motivos recurentes de la puerta en la pintura mural romana. El subtítulo disolución y devenir significaba la negación del espacio plano y la redefinición pictórica de las paredes domésticas en realidades virtuales. Cuando la investigación evolucionó, el título tomó un segundo sentido en relación con la manera en la que cada generación crea su propia percepción de las puertas o la filtra a través de su visión del pasado. Regreso al pasado (Back to the Present) y La “Neoclasización” de Pompeya (The Neoclassicising of Pompeii) tratan de este tema mientras que La Pintura Romana y la Cultura cinematográfica (Roman painting and film Culture) considera que la imagen de una Roma despótica, orgiástica e idólatra es realmente el resultado de la cultura de la gran pantalla que la ha transformado en un espectáculo visual con el mero fin del entretenimiento. Por otra parte, los otros capítulos estudian antiguas fuentes visuales como pinturas murales o mosaicos que cuentan una historia muy diferente de la Roma licenciosa y pertubada destacada por la influencia de Hollywod, la cual no se encuentra en ningún sitio. En su lugar, hallamos representaciones sofisticadas de un mundo en el cual los dioses son reverenciados y adorados, los ancestros de la familia son conmemorados, la piedad filial y la afección son ofrecidas libremente, la tragedia se confronta y la fuerza moral se alaba; un mundo en el cual el amor profundo y la pasión se encuentran de manera abierta y sensible. La pintura mural romana nos permite entrever una sociedad que tiene poco que ver con su homóloga en la cultura popular contemporánea.

En Rome, Naples et Florence (1817), Stendhal comparaba el descubrimiento de Pompeya y Herculano en el siglo XVIII con una cápsula llena de objetos testimonios de nuestro tiempo y enterrada para ser descubierta por las generaciones futuras y capaz de proyectarnos en la Antiguedad. Hasta qué punto este descubrimiento ha sumergido el mundo moderno en su pasado sorprendería sin duda a Stendhal mismo. Entre la Bibliographia di pompei (1891) de Friedrich Furchheim y la publicación de Nova Bibliotheca Pompeiana (1998), el número de libros y panfletos ha pasado de quinientos a más de catorce mil. A éstos hay que añadir varios centenares más desde 1998. El interés de esta cápsula consistía en las numerosas pinturas murales de las cuales muchas se conservaron perfectamente por los pedazos volcánicos que enterraron Pompeya y Herculano en el año 79 d.C.